Un evento sísmico siempre genera angustia e impotencia que paralizan e impiden actuar, analizar con frialdad sus causas e incluso decidir qué acciones tomar y a quién recurrir. Si bien, predecir un sismo o establecer la fecha y hora de su ocurrencia es imposible de determinar, hoy a través de las redes sociales es común encontrar información que se propaga rápidamente con poca o nula evidencia científica, que especula sobre este tipo de eventos y elevan el temor en la ciudadanía.

Los eventos sísmicos del mes de agosto, muchos percibidos en el centro del país y en particular el del jueves 17 de agosto, el principal con una magnitud de 6,1 grados en la escala de Richter con epicentro en el municipio de El Calvario (Meta), ponen de presente la importancia de saber cómo actuar ante estas situaciones y cómo los ciudadanos se pueden acercar a entender los motivos por los cuales ocurren, para así entender el riesgo que un suceso de esta índole puede generar y la afectación que se deriva por su ocurrencia, principalmente, por daños materiales, colapso de la infraestructura (vías, acueductos, edificaciones, entre otras) y lo más grave las posibles pérdidas de vidas.

Respuesta de la ciudadanía y las autoridades

En consideración de estos eventos ocurridos recientemente en Colombia, la forma en la que reacciona la ciudadanía y las autoridades es fundamental. La primera en cuanto a que conozca y acate los protocolos de respuesta, y la segunda que esté preparada en la gestión del riesgo, es decir, en saber cuál es la vulnerabilidad del territorio ante la exposición a un sismo y los posibles daños a la infraestructura y cómo dar atención a las víctimas.

La evaluación del riesgo sísmico abarca desde saber cómo están construidas las ciudades, las propiedades del suelo, la propagación de las ondas sísmicas y las diferentes tipologías constructivas para prepararse ante posibles escenarios que afecten al territorio.

Consultar información oficial es la clave

Ahora disfrutamos de la facilidad de estar informados de los últimos sucesos, pero sigue siendo fácil caer en especuladores y consumir información de fuentes no oficiales que pueden distorsionar los datos y aumentar el pánico en la población sobre las causas de un sismo.

Un sismo tiene variables que deben ser analizadas y por ello es necesario consultar fuentes oficiales para conocer datos concretos del lugar del epicentro, intensidad, magnitud, profundidad y otros factores de gran importancia, que son sin duda un manual de uso para saber qué hacer, como ayudar y de qué manera responder a las inquietudes de la comunidad.

Aunque no lo crea, en Colombia tiembla más de lo que uno se imagina

Colombia está situada en un punto en donde confluyen tres placas tectónicas, que son grandes pedazos de roca que conforman el caparazón de la Tierra. Las tres placas tectónicas que hacen parte de nuestro país, Placa de Suramericana, Placa de Nazca y Placa del Caribe, son las responsables de que se presente una gran actividad sísmica en el territorio nacional. Según información del Servicio Geológico Colombiano (SGC), nuestro país registra mensualmente cerca de 2.500 sismos en promedio que son imperceptibles.

Definir políticas públicas para la gestión del riesgo basadas en investigación

La ocurrencia de desastres naturales, como los sismos, son eventos que desafían la capacidad de los países para atender a las víctimas, gestionar el daño a la infraestructura y lidiar con el impacto sobre sus economías. No obstante, a partir de la investigación se han desarrollado metodologías y herramientas para determinar el riesgo, así como analizar y cuantificar las posibles pérdidas materiales y vidas humanas que sufriría un territorio. De tal manera, la gestión del riesgo es un proceso de planeación, ejecución, seguimiento y evaluación para que se establezcan la normatividad, políticas y se tomen decisiones frente al riesgo y como tal lograr una mayor conciencia del mismo entre la ciudadanía.

Colombia no es ajena a la necesidad de establecer políticas públicas que orienten la acción de las autoridades para atender los impactos de un sismo de magnitud elevada en el territorio y preparar a la población. Entre las diversas acciones que se deben tomar desde muchos frentes, el SGC, con el apoyo de la Asociación Colombiana de Facultades de Ingeniería (ACOFI) desarrollan de manera conjunta el Modelo Nacional de Riesgo Sísmico (MNRS), un insumo que le permite al país estimar los daños materiales, ambientales y económicos frente a la ocurrencia de un sismo. Se trata de un proyecto en el que participan 14 instituciones de educación superior del país con el concurso de estudiantes de pregrado y posgrado, así como expertos nacionales e internacionales en ingeniería sísmica y geología que suman su conocimiento en beneficio de nuestro país.

La divulgación del tema, los avances del proyecto, las experiencias y logros de los estudiantes que participan en el proyecto han sido documentados permanentemente por ACOFI, para dar un insumo a los ejecutores de política pública y a todos los ciudadanos que informados de manera correcta pueden tomar decisiones acertadas.

Invitamos a consultar las notas y videos publicados en nuestro portal web:

De la misma manera, en el sitio web del Servicio Geológico Colombiano encontrará permanentemente información de interés: https://www.sgc.gov.co/.