El pasado 15 de octubre, en la edición de El Tiempo – HACE 100 AÑOS (p. 2.6) apareció lo siguiente: “España honra al sabio Caldas”, nota que relaciona la orden dada para colocar “una placa conmemorativa en la Biblioteca Nacional de Madrid. El Gobierno español destacó su legado…, recordando su injusta ejecución en 1816”.
El Doctor Bateman fue el autor de la detallada biografía de Caldas que circuló en 1954, obra presentada al concurso realizado para conmemorar el cincuentenario de la creación del Departamento de Caldas. Sin duda alguna, el eminente profesor fue “el gran artífice del culto a Caldas”.
En su libro, él anota que la lápida ordenada en España por Decreto Real del 12 de octubre de 1924, a la que hace referencia la reciente nota de El Tiempo, “fue inaugurada por el entonces Rey Alfonso XIII”. El texto es:
“Perpetuo desagravio de la Madre España a la memoria del inmortal neogranadino Francisco José de Caldas”.
Una copia de la misma puede verse hoy en la Casa Museo de Caldas en Bogotá.
Por otra parte, en el IV Congreso Nacional de Ingeniería, celebrado en Bucaramanga en 1957, el Doctor Alfredo D. Bateman propuso que se fijara una fecha anual para la celebración del Día del Ingeniero. Una de las opciones que consideró fue el 29 de octubre, teniendo en cuenta que, en el año de 1816, en esa fecha, tuvo lugar “el fusilamiento de Caldas, símbolo de la ingeniería nacional”. Sin embargo, él la descartó porque “parecía inadecuado escoger el aniversario de la muerte de Caldas para dar lugar a actos sociales”.
En esta época tan agitada, cada vez hay menos oportunidades de sacar tiempo para recordar y honrar grandes hombres y mujeres del ayer, a quienes tanto debemos, con lo cual fortaleceríamos nuestra identidad y renovaríamos el ánimo para enfrentar los desafíos que hoy tenemos. Por este motivo invitamos a conmemorar el Día de Caldas.
En sus cartas y en el Discurso que pronunció en 1814 con motivo de la inauguración del Curso Militar del Cuerpo de Ingenieros de la República de Antioquia, nos dejó ideas y principios que no han perdido su vigencia, y que hoy en día pocos conocen. Solo como referencia, se menciona la siguiente:
“Ninguno es grande en una profesión sin amarla. Amad la vuestra y hacedla amar de vuestros conciudadanos por una conducta dulce, noble y virtuosa”.
Este imperativo, que hace referencia explícita a una manera de vivir, debería resplandecer en el horizonte de nuestro cotidiano quehacer.
Óleo de José Antonio Rodríguez Cubillos, colocado en los salones de la Sociedad Colombiana de Ingenieros con ocasión del sesquicentenario de la muerte de Caldas, celebrado en 1966 (Anales de Ingeniería No. 756).
En el sitio web https://www.acofi.edu.co/la-asociacion/personajes-historicos-de-la-ingenieria/francisco-jose-de-caldas/, podrá encontrar unas notas sobre la vida del sabio Caldas y un documento histórico elaborado por el ingeniero Carlos Julio Cuartas Chacón, realizado para el 250º aniversario del nacimiento de Francisco José de Caldas, documento de carácter histórico que describe cómo, a través de su trabajo e investigaciones, el sabio payanés logró reconocimiento como ingeniero. Su legado ha quedado siempre asociado a esta profesión debido a los distintos vínculos que mantuvo con ella en una parte de su vida, en circunstancias y escenarios muy diversos.
(La presente nota fue elaborada con aportes del ingeniero Carlos Julio Cuartas Chacón)